Simplemente Lilian...

Admirando la poesía siempre
jueves, 16 de enero de 2020
viernes, 19 de octubre de 2012
Ni tú, ni yo
La culpa no fue tuya
ni fue mía.
Fuimos los dos culpables
por igual.
A ti te pareció todo
muy justo,
a mi en cambio me pareció brutal
eso de andar tirando por la vida
lo poco que pudimos rescatar
de aquello que vivimos juntos,
lo juzgues para bien ó para mal.
Y si acaso tuvimos culpa alguna
no nos cabe a nosotros indagar
pues los dos le pusimos cuerpo y alma
luchando sin descanso hasta el final
tratando de ganarle la partida
a la insoportable amiga soledad.
Lilian Elizabeth De Marco
Derechos reservados
martes, 22 de mayo de 2012
Tu sereno vuelo (A Facundo Cabral)
Tu sereno vuelo
(A Facundo Cabral)
El recuerdo de tu voz está presente
y vibra en el silencio de la noche
una guitarra que como un reproche
deja escapar su nota más doliente.
Y en el reclamo de tu voz ausente
se adormecen los árboles llorosos
buscando aquellos versos silenciosos
que fueron un suspiro en tu garganta,
volviéndose canción que el pueblo canta,
reviviendo al cantor que fue de todos.
Lilian E. De Marco
(A Facundo Cabral)
El recuerdo de tu voz está presente
y vibra en el silencio de la noche
una guitarra que como un reproche
deja escapar su nota más doliente.
Y en el reclamo de tu voz ausente
se adormecen los árboles llorosos
buscando aquellos versos silenciosos
que fueron un suspiro en tu garganta,
volviéndose canción que el pueblo canta,
reviviendo al cantor que fue de todos.
Lilian E. De Marco
SE HA MARCHADO LA RIMA
He perdido la rima y no la encuentro
Vaya Dios a saber dónde se ha ido.
Es probable que se haya adormecido
provocando este triste desencuentro
Y aunque pienso, medito y me concentro
no alcanzo a comprender al fin que ha sido
de ella. Sigo esperando aquí vencido
mientras el verso grita desde adentro.
Siempre fue caprichosa, no me extraña.
No es la primera vez que me ha fallado
para irse de parranda con las musas
Pero es mi corazón que al fin la apaña
eligiendo vivir siempre engañado,
aceptando una a una sus excusas.
Vaya Dios a saber dónde se ha ido.
Es probable que se haya adormecido
provocando este triste desencuentro
Y aunque pienso, medito y me concentro
no alcanzo a comprender al fin que ha sido
de ella. Sigo esperando aquí vencido
mientras el verso grita desde adentro.
Siempre fue caprichosa, no me extraña.
No es la primera vez que me ha fallado
para irse de parranda con las musas
Pero es mi corazón que al fin la apaña
eligiendo vivir siempre engañado,
aceptando una a una sus excusas.
Lilian E. De Marco
miércoles, 16 de mayo de 2012
lunes, 16 de abril de 2012
viernes, 21 de octubre de 2011
Derrotas
Que no se rompa el silencio
de las cosas ni se aleje la quietud de la noche,
que nadie venga a caminar sobre las hojas
recién decapitadas por el viento
Que nadie venga a beber de la copa
amarga donde moran los recuerdos,
que nadie los despierte del exilio, de las sombras
porque no quiero me cubra la tristeza de este invierno
Quisiera adivinar dónde se marcha tu figura
cuando escapa de la noche, quisiera ver el rostro
oculto tras el velo dormido de tus ojos, mientras
lejano el viejo campanario trae en su voz el eco de tu nombre.
Le pregunto a las ramas desnudas de los árboles
pero nada responden, parecen fantasmales visitantes
de pie ante las ventanas calladas de mis ojos,
que se niegan a ver tu larga ausencia.
¿Cómo será volver de nuevo a la cordura?
¿Cómo será despertar y sentir sobre mi almohada tu perfume?
¿Cómo será abrir los ojos y cambiar para siempre el paisaje
de los días?
Y entonces olvidar que todas las derrotas fueron mías,
que sin quererlo fui dueña de todos los ocasos,
y que sin darme cuenta tú serías para mi el último
gesto de ternura que tendría la vida, la última mueca
de cordura.
de las cosas ni se aleje la quietud de la noche,
que nadie venga a caminar sobre las hojas
recién decapitadas por el viento
Que nadie venga a beber de la copa
amarga donde moran los recuerdos,
que nadie los despierte del exilio, de las sombras
porque no quiero me cubra la tristeza de este invierno
Quisiera adivinar dónde se marcha tu figura
cuando escapa de la noche, quisiera ver el rostro
oculto tras el velo dormido de tus ojos, mientras
lejano el viejo campanario trae en su voz el eco de tu nombre.
Le pregunto a las ramas desnudas de los árboles
pero nada responden, parecen fantasmales visitantes
de pie ante las ventanas calladas de mis ojos,
que se niegan a ver tu larga ausencia.
¿Cómo será volver de nuevo a la cordura?
¿Cómo será despertar y sentir sobre mi almohada tu perfume?
¿Cómo será abrir los ojos y cambiar para siempre el paisaje
de los días?
Y entonces olvidar que todas las derrotas fueron mías,
que sin quererlo fui dueña de todos los ocasos,
y que sin darme cuenta tú serías para mi el último
gesto de ternura que tendría la vida, la última mueca
de cordura.
Lilian Elizabeth De Marco
Derechos reservados
sábado, 15 de octubre de 2011
Silenciaré mi voz
Silenciaré mi voz. El lamento
en que mueren mis versos su latido,
y si me atrevo, silenciaré el sonido
de las palabras que no dije a tiempo
Silenciaré la sangre de mis venas,
le ordenaré a mis pasos se detengan,
pediré al corazón calle sus penas,
suplicaré a mis ojos tu figura retengan
Pero por favor....
No me quieras quitar esta tristeza
que me hace sucumbir en este invierno,
vestido con sus hojas de oro viejo,
mientras la luna las horas destrenza.
Lilian E. De Marco
en que mueren mis versos su latido,
y si me atrevo, silenciaré el sonido
de las palabras que no dije a tiempo
Silenciaré la sangre de mis venas,
le ordenaré a mis pasos se detengan,
pediré al corazón calle sus penas,
suplicaré a mis ojos tu figura retengan
Pero por favor....
No me quieras quitar esta tristeza
que me hace sucumbir en este invierno,
vestido con sus hojas de oro viejo,
mientras la luna las horas destrenza.
Lilian E. De Marco
Derechos reservados
domingo, 9 de octubre de 2011
"Cruces y olvido" A los hermanos caídos en la Guerra de Malvinas
Cementerio de Darwin ( Isla Soledad )
Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur
Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur
****
Silencio y cruces blancas
polvo abrazando al olvido
penas ahogadas en lágrimas
quebrando cada latido
Silencio frente a las tumbas
de mis hermanos caídos
recuerdos de vidas truncas,
mil corazones heridos
El frío cruza el paisaje
de blanco palidecido,
mientras lejano el oleaje
cien nombres lleva prendido
Me iré en silencio hermano,
prometo no olvidarte,
!regresaré paisano!
¡Jamás voy a dejarte!
Autores
Lilian E. De Marco & Leandro Anibal
(Ex combatiente de Malvinas)
23 De Diciembre de 2008
23 De Diciembre de 2008
Todos los derechos reservados
En safecreative
PROBABILIDADES
“….Si se pudieran curar las heridas del alma
del mismo modo cuando la carne enferma,
dejando que la sangre corra en calma
escribiría esos versos que la noche reclama…”
Podrán cerrarse todos los caminos
agotarse las fuentes y los mares
cortarse de raíz todos los árboles
pero nada podrá torcer nuestros destinos
Podrán permanecer quietas las horas
enmudeciendo el reloj de tu vida y la mía,
partir en dos mitades la risa, la alegría
pero nadie podrá silenciar las palabras
Podrán juzgar cuanto digo en mis versos
pretendiendo adivinar mi pensamiento,
sin saber si el corazón triste o contento
muere resucitando la noche y sus recuerdos
Podrán reír del loco que en su locura
muestra con desparpajo sus miserias,
acomodando en su mundo de incoherencias
alguna chance lejana de cordura.
del mismo modo cuando la carne enferma,
dejando que la sangre corra en calma
escribiría esos versos que la noche reclama…”
Podrán cerrarse todos los caminos
agotarse las fuentes y los mares
cortarse de raíz todos los árboles
pero nada podrá torcer nuestros destinos
Podrán permanecer quietas las horas
enmudeciendo el reloj de tu vida y la mía,
partir en dos mitades la risa, la alegría
pero nadie podrá silenciar las palabras
Podrán juzgar cuanto digo en mis versos
pretendiendo adivinar mi pensamiento,
sin saber si el corazón triste o contento
muere resucitando la noche y sus recuerdos
Podrán reír del loco que en su locura
muestra con desparpajo sus miserias,
acomodando en su mundo de incoherencias
alguna chance lejana de cordura.
Autor
Lilian Elizabeth De Marco
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