"Si alguien te ha hecho daño, perdónalo, esa persona
ya tiene demasiado peso en su alma para tener que cargar
también con tu resentimiento. Deja todo en manos de Dios
y ve por la vida aligerado de malos sentimientos que puedan
hacerte sentir tambalear tus propios pasos. La disculpa alivia
a quien la da de corazón, el rencor no sirve de nada, vive
y ama, es el mejor modo de alabar a Dios"
Autor;
Lilian E. De Marco
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